Marketing emocional en la Restauración
El neuromarketing, es la ciencia que estudia el comportamiento de nuestro cerebro antes diversas situaciones, entorno, personas, etc.
Está científicamente comprobado cómo afecta a nuestro cerebro el entorno físico que nos rodea, por ejemplo un restaurante, cafetería, o cualquier negocio relacionado con la restauración, en este caso. De la forma, peso, etc. de los elementos que compongan el entorno de nuestro restaurante, por insignificantes que en un principio nos puedan parecer, ayudaran al cliente a determinar la sensación de buena o no tan buena experiencia, de si un restaurante les ha parecido caro o barato, dependiendo, entre otras, del interiorismo del local, la cantidad de comida que haya en el plato y de su presentación, los cubiertos y vajilla en general, etc.
Por supuesto influyen muchos factores más, como es la atención del personal, presentación, higiene, etc.
Pero ahora hablamos de cómo afecta a nuestro cerebro ciertos objetos y formas, que hacen que escoger cada elemento de decoración sea estudiado con sumo cuidado y aconsejado por un profesional y tenga su merecida atención, pues de ella, en gran parte, dependerá la imagen que queramos dar, y lo que en realidad perciba el cliente de nosotros y de nuestro restaurante cuando nos visite.
La percepción del cliente, será lo que determine que hable bien o no tan bien de nosotros, la sensación de confort y atención y la experiencia que ha tenido en nuestro restaurante. Así que, cada elemento que contribuya a la decoración influirá pesadamente en la decisión de compra de nuestro cliente, y también en cómo nos pueden recomendar cuando salga de él.
El neuromarketing deja claro que cualquier persona a la hora de realizar una compra, primero se deja llevar por la emoción y luego justifica esa compra a través de la razón. Esto cambia completamente la perspectiva a la hora de entender el consumo.
Pongamos ejemplos reales
Ejemplos reales, que quizá no hemos tenido en cuenta, pero que, si analizamos minuciosamente, podemos encontrar en ellos motivos de peso para que influyan en nuestro cerebro inconscientemente, es decir, aún sin nosotros tomar conciencia de ello, y que seguro que nos han influido en algún momento en si compramos o no algún determinado elemento.
Formas curvas o redondas
Os habéis fijado alguna vez, que los envases de refrescos son redondos? Perfectamente podrían ser cuadrados, o de cualquier otra forma. Pero nuestro cerebro recibe mejor las formas redondas y curvas en general. Viene de la relación de la naturaleza que nos rodea.
¿Vendería igual una botella de Coca-Cola con curvas que una cuadrada? A mi la cuadrada me recuerda a una lata de aceite o algo parecido, y la verdad es que no me dan ganas de beberla.
Experiencia y emociones
El cerebro tiene la necesidad de recibir cosas tangibles para sentir emociones y experiencia.
El instinto biológico humano tiene la necesidad de poseer, tocar, sentir. Es por eso, que el elemento simbólico se determina con el producto, tocándolo, y sintiendo su forma y textura.
No es lo mismo comprar una prenda de ropa en un paquete, que tenerlo de manera online o al comprar un billete de avión, tener en tus manos ese billete hace que ya sientas que estas volando, las cosas tangibles crean sensaciones y emociones, y esto es algo a tener muy en cuenta en el sector de ventas y marketing.
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